domingo, 30 de mayo de 2010
De los errores
Cuando uno escribe hay que aprender a tenerle respeto a los errores. Aparecen errores gramaticales todo el tiempo, pero la verdad es que los errores siempre enseñan algo, a menos de que sean errores tontos. Hay errores inteligentes y errores tontos. Sólo hay que tener el toque para identificarlos. Por otra parte, quería decir que el cuerpo es una cárcel, una puta cárcel que llevamos a todos lados. Yo siempre he tenido mucho respeto por mis errores al escribir. A veces pongo palabras que creía que significaban una cosa y luego busco en el diccionario y me entero de que no es así. A veces veo las palabras y digo: el diccionario está equivocado, el mundo entero está equivocado, el significado es este otro, el que yo le doy, porque casi siempre las palabras suenan a algo y hay que seguir la intuición, ante todo la intuición. También los hay errores en los tiempos verbales y esas cosas. Por lo general es preferible ignorar los tiempos verbales, ya que no es conveniente imponerle al lenguaje un sistema tan incomprensible como el del tiempo. Aún no conozco a alguien que sepa si existe o no el tiempo, cuándo es pasado, presente y futuro; para mí todo se confunde en lo que sea. Pero siempre tiene que estar la intuición, la intuición de que algo es bello, y para eso hay que ser un artista. Lo demás es cosa de gente cuadrada, empollones ñoños, víctimas del sistema.
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