viernes, 14 de mayo de 2010

El hombre que nunca tenía la razón

Llevo años conociendo a mi padre, no he terminado de hacerlo. Tal vez lo que diré sea ficción, tal vez no. El caso es que siempre que surge una controversia donde mi padre juega el papel de una de las dos partes en discordia, resulta que al final mi padre resulta ser el que no tenía la razón. Por lo general él ni siquiera es el que empieza la discusión, él sólo dice un comentario disparatado, con la inocencia de un niño, y después sale alguien que le dice no, así no es la cosa, y se ríe de él, al tiempo que los demás presentes también lo hacen, quedando mi padre como un tarado. A mí me parte el corazón verlo así, porque después de todo es mi padre, yo salí de esa cosa; me gustaría que fuera perfecto y poder estar orgulloso de llevar sus genes, pero tal vez yo exagero, debido a que uno siempre espera demasiado de los equipos de fútbol que sigue, y mi papá es como mi equipo de fútbol, entonces cuando la riega, a mi me afecta tanto como si yo hubiera sido el que pifió. Entonces así está el asunto, pero eso no es lo esencial. Lo esencial es que hoy estábamos cenando y mi padre sentenció: la papa no está bien cocida. Y yo dije: sí, sí está bien cocida. Y mi mamá dijo: a ver, deja la pruebo. La probó y dijo: claro que está bien cocida. Entonces yo le dije a mi padre: ¿qué se siente nunca tener la razón? Entonces mi padre azotó el salero con la ternura de un niño berrinchudo, y replicó con un nuevo despropósito: ¿qué se siente que nunca te den la razón? Creo que en el fondo es un sabio, pero habrá que encontrarle el lado. Lo admirable en él es su aparente capacidad para olvidar sus desaciertos. Cuando yo cometo un error quedo fuera de combate, me pongo todo taciturno y nervioso, pero él sigue diciendo estupideces, como si le diera igual decir una o mil. Tal vez Dios me lo puso enfrente para que le aprendiera algo. Mi padre parece tener un rótulo en la frente que dice: EMANCIPADO.
Hoy hablábamos de fútbol, y el comentario de mi padre fue el más gracioso, él dijo: lo que hizo Higuita nadie lo ha vuelto a hacer. Y me hizo el día.

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