sábado, 31 de julio de 2010

Carta suicida

Como ya se habrán dado cuenta, estoy muerto, mi cuerpo está colgando del cuello y tengo las cervicales dislocadas y quién sabe qué más. Debo aclarar, antes que nada, que el cuerpo que aquí se ve realmente es el mío y no el de un sosia, ni tampoco es un maniquí o un muñeco de cualquier otra índole, es mi cuerpo y estoy muerto, y lo digo para que no empiecen a especular como con la muerte de Elvis de si estará o no muerto, estoy bien muerto. Ahora, respecto al motivo de mi decisión, debo decir que no es justo que ustedes, mi familia, hayan esperado algo de una persona tan limitada y enclenque como yo. Tal vez para ustedes la vida sea algo divertido por lo que vale la pena luchar y trabajar, pero para mí es simplemente una mierda llena de dolor. Yo no me meto con ustedes, ustedes pueden seguir en lo suyo, disfrutando la vida, pero a mí no me jodan, yo no fui dotado con las cualidades de un ser humano normal, soy de esos que olvidan todo, que siempre tienen sueño y que cuando están haciendo algo que no quieren sienten que pronto se van a desvanecer. Creo que no es difícil comprender que yo no elegí el cuerpo que me tocó y por eso pido que por favor no me maldigan por toda la eternidad considerándome un cobarde. Yo les dije a ustedes, se los dije claramente, yo no nací para trabajar, yo puedo escribir, pero lo que más necesita mi cuerpo es estar dormido, soñando, alejado de la realidad. Ustedes me tomaron por un manipulador holgazán y seguían insistiendo en que mi vida estaba allá afuera, en las oficinas, y miren a lo que me han orillado. No crean que es muy bonito suicidarse, de hecho es una cosa terrible, porque uno se siente culpable de dejar un cuerpo que además de ser muy pesado y tender a la descomposición, es caro en el sentido de que, está bien, por mí me pueden tirar en cualquier lugar, pero ustedes van a querer darme santa sepultura y hacer toda una ceremonia con gaitas, para que quede claro que Miguel está muerto y no anda de parranda, para que nadie vaya andar preguntando después: “¿y miguel?” Y ustedes: “Ah, Miguel, debe andar en el algún río, o tal vez ya en el Océano, no sabemos exactamente”. El punto aquí es si está vivo o muerto el muchacho. Está muerto. La verdad es que me da mucha pena toda esta situación, porque yo realmente quería disfrutar la vida como la gente normal, pero no podía, y creo que es un derecho de todo ser humano el de suicidarse cuando ya no le guste la sazón de las cosas. Yo sólo estoy ejerciendo mi derecho y espero que eso no les cause mucha molestia. Yo he tenido que soportar la molestia de vivir, sólo porque me sentía responsable de darles alegrías a ustedes, de hacerlos sentir orgullosos de mis actos, pero pronto me di cuenta que no podía hacerlo y decidí mandarlos a todos a freír espárragos. Pensé que esto sería suficiente, pero ustedes comenzaron a hacerme la vida más miserable y a presionarme de una manera indignante para que yo dejara de chupar la miel que ustedes producían. No pude soportar eso y ahora estoy aquí, bien muerto, y créanme, bien feliz.

jueves, 29 de julio de 2010

Alargar el suplicio

Para mí las palabras son como prendas de vestir, y así como hay sombreros, zapatos y playeras, hay adjetivos, sustantivos y artículos; y lo que uno tiene que hacer con las palabras es precisamente lo que uno hace con la ropa: tratar de combinarlas de la mejor manera posible, para así poder lucirse.
Siempre intento convencerme de que no podré conseguir lo que busco, para que así, cuando vea perdido lo que buscaba, no me ponga tan triste, aunque de hecho eso sólo es un engaño, porque uno sigue buscando lo que quiere sin poder obtenerlo, y es imposible que uno no haga el mayor esfuerzo posible por obtener lo que quiere, porque sería peor, uno nunca se perdonaría no haber hecho el mayor esfuerzo, porque regresaría constantemente el pensamiento de que aquello que buscábamos era realmente posible, cuando en realidad nada de lo que buscamos es posible, porque siempre buscamos cosas imposibles. Aunque claro que esto son sólo palabras.
Buena suerte sería hacer unos trazos al azar y que saliera un Van Gogh
Cuando alguien acepta que su vida es triste, es como si bajara la guardia e invitara a todo el mundo a burlarse de él. Cuando alguien no está contento con lo que es, creo que está bien que se suicide, qué puede importar, de todas formas morirá. Las personas alegres pueden continuar hasta que se les termine la alegría, creo yo. Pero los fuertes necesitan a los débiles para poder darse cuenta que son fuertes.
Mi vida se puede resumir en esa sensación que tengo cuando veo una linda hoja de libreta en blanco y tengo un lápiz en la mano. Por un momento me da la impresión de que haré algo asombroso; comienzo a dibujar y descubro que soy un fiasco; y así hoja tras hoja, hasta terminar la libreta.
Todos sabemos muy bien hacia dónde nos dirigimos. Creo que hemos estado subestimando la locura y el camino corto. Todos saben muy bien que la vida es una tragedia, pero creo que nuestro estúpido instinto nos hace tomar la vida como un reto. Siempre nos proponemos algo y tratamos de conseguirlo; algunos lo logran, otros no, otros pudiendo haberlo logrado no lo logran por diferentes circunstancias quisquillosas. Utilizamos ese propósito como un pretexto para seguir aquí creyendo que hay un motivo para vivir. En el fondo nadie consigue lo que creía estar consiguiendo al conseguir lo que quería conseguir, es decir la felicidad, porque en el fondo la gente lo que quiere es alargar el suplicio lo más que se pueda.
Creo que los mejores libros son aquellos que tienen frases tan acogedoras como casas danesas en invierno, donde alguien lee un libro junto al fuego. El instinto es vanidoso; siempre busca lo contrario que una mente bien fría. También es verdad que el instinto arrastra con una correa a la razón, y que, de hecho, lo ideal es utilizar la razón para cumplir los caprichos del instinto. Aunque obviamente el hombre inteligente sabe que lo único sensato en este mundo es consultar a la muerte antes de hacer cualquier cosa. Después uno descubre que lo más fascinante es pensar en cuándo tendremos el valor de sumergirnos en el abismo.
La sociedad me ha encerrado en un cuarto. No puede ser, me siento culpable por no trabajar, y cuando siento que hay gente merodeando, me resguardo en mi guarida hasta que pasa el peligro. No quiero que me hagan preguntas. No quiero que me vean con esos ojos. Ellos piensan que simplemente soy un mangante. Pero yo tengo la misión de reconocer y después hacer un reporte claro y revelador acerca de lo que significa ser yo. Y así, cuando me muera dejaré por ahí algunos textos que hablen de mis inquietudes, y ya la humanidad sabrá si los tira, los lee, o se limpia el culo con ellos; a mí, la verdad, eso no me quita el sueño.

martes, 27 de julio de 2010

Conmovedor

El tiempo, lacayo del libro, tiene su manera de irnos llevando, a veces por la mañana lo olvidamos, con la primera inquisición del día, la primera demanda, alguna pregunta que espera palabras concretas de uno, pero uno todavía está en la frontera de la vigilia y el sueño, pero uno reúne todas las fuerzas y logra articular un monosílabo y aquí vamos una vez más, un día más, no se sabe exactamente para qué, podría ser solamente curiosidad. Esas cosas ya estaban escritas, todo lo que sucede es porque ya estaba gestándose desde hace tantos años que podríamos dibujar una rueda, y entonces tendríamos prohibido decir que algo sucedió en el pasado, digamos que es una rueda y de esa rueda se desprende otra rueda superpuesta, como en las letras de los cholos, y así hasta el infinito, he ahí la razón del deja vu. El sol ya estaba en su punto de destellos reparadores, así que salí a por la crema y el pan para los chilaquiles y fui viendo las nubes que ya engordaban para la noche, querían dar un show de luces, y la señora, anciana, de la tienda lo sabía y fijaba sus ojos con principios de catarata en aquellas nubes, anhelante de una tormenta que se la llevara a otro mundo, para empezar de nuevo, como un cachorrito. Le compré lo que buscaba y volví a casa y comimos deliciosamente y prendí la tele y vi que la gente se estaba muriendo de balazos, y yo seguía comiendo mi postre, unos chocolates americanos que mamá tenía guardados para una ocasión especial, tal vez una guerra nuclear. Es muy importante saber qué clase de provisiones son aptas para los refugios en caso de guerra nuclear: básicamente alimentos enlatados. Como en esa película en que ponían el tiempo que deseaban estar dentro del refugio y no se abría la puerta hasta que pasaba el tiempo, qué estupidez, pero bueno, algo así podría pasar, pero con un hervidero de ratas adentro comiéndose a los humanos, por andar creyendo que es mejor meterse en un refugio subterráneo antes que ver una guerra nuclear y ser lo último que se vea, es decir morir en ella. Generalmente me gustan sólo las cosas que yo conozco pero ustedes no. En el supermercado un hijo de Caín intentó meterse furtivamente a la fila, justo delante de mí; se lo impedí con un elegante envión. Soñé que una vampira me quería morder; recé un padre nuestro y la ahuyenté. Es bueno cuando uno no se siente menos que los demás, es bueno saber que uno es sólo una pieza que se mueve por las órdenes supremas de una cosa glaciar, una cosa que no se pone a pensar ni tiene un trono, y esto tiene que quedar muy claro. Aquí abajo se está bien, con las pesadillas, los dolores y los sobresaltos nocturnos, se está perfectamente bien, con cáncer, en un suplicio, se está perfectamente bien, por que todo pasa, todo pasa y eso es algo muy bonito y reconfortante, es como un fuego en la chimenea, y uno con calcetines lanudos ahí, fumando la pipa, así es, eso es el pasar del tiempo, la certeza de no ser absolutamente nada, cuando uno deja de tener otra aspiración que la de sentir todos los tormentos posibles, el aburrimiento y los dolores punzantes de la putrefacción en vida, cuando uno se pone a escribir toda esta mierda sin importar si le gustará o no a alguien, eso es estar con la pierna tirante frente al fuego de la chimenea, con los calcetines lanudos puestos y fumando la pipa, en total tranquilidad. Y después uno busca los aplausos, y no debería, pero ya sabemos cómo es esto, es una total contradicción. A veces pienso que a la gente le gusta leer y no entender nada, casi me tiene sin cuidado el hecho de que lo que escribo sea digerible, aunque me encantaría que a alguien lo conmoviera al grado de las lágrimas. Me gusta que suene inocente, como si un niño pequeñito dijera algo con sencillez. Me gusta llorar con las mentiras que se cuentan con naturalidad. Me gusta llevar una vida de ermitaño, pero sin trabajar, buscar el momento exacto para agarrar un libro y echar a volar la imaginación, y eso siempre pasa cuando mi mente encuentra uno de esos raros descansos, porque por lo general mi mente está aturdida con ella misma, como si hubiera una baja presión ahí dentro, un sistema de baja presión con abundantes precipitaciones. Entonces en esas condiciones se paralizan las actividades, y me pongo como un idiota tirado en la cama viendo los rayos de sol que se filtran por los árboles y la persiana y entran a mi cuarto.

domingo, 25 de julio de 2010

Baudelaire

Dejó de llover cuando yo quería
No podía ser mejor el día
Qué alegría
¿Por qué todo lo que digo es poesía?
Y los árboles sonríen tras la lluvia
Y todos saben que ahí no sabe bien
Y sin embargo detesto la vida
Precisamente por el hecho de que amo esas pequeñas cosas
Esos cielos medio nublados
Y esa tu sonrisa con clavos
Alguien dejó de usar la cabeza para escribir
Y empezó a hacerlo con la nariz
Con el olfato
Sin duda un día sombrío
La gente estuvo aterradoramente feliz
Iban sonriendo y yo también
Pobres de nosotros me digo
No puede ser que todo esto termine
Precisamente mañana por la mañana
Cuando todos salgan a laborar
Habrá terminado
Y los poemas y canciones y pinturas
Hay que conocerlos
Hay que hablar de eso
Propiamente
Como conocedor
Para poder seguir
El problema es cuando ya no hallas qué decir
Con talle de explorador y descubridor
Y de fundador y de conquistador
Con un paraguas en la mano
Dirigiendo las huestes entre camiones
Por allá
No, por acá
Camión a la vista
Mi paraguas siempre fue una espada
El problema es andar con este cuerpo a cuestas

Football is the way to understand the next step
I’m not coming to you to find the way I said
My love I know you are a simple face but
Come on may I say have you listen to the voice
The voice of the narrator saying esoteric things
You have to learn from does little pickle things
Let’s do it in the bathroom while the movie is happening
Lets do it in the bathroom while they learn
I don’t want to learn from a movie nor a book
I want to do it with football
I want to break through life landscapes and make it
In heavens with football players

Para ese tiempo ya estaba yo usando a mis amigos para arrojarles toda la basura de mi cerebro, la mayor cantidad posible, para así poder salir de este mundo a gusto. Me gusta decir las cosas que pasaron ayer como en un tiempo muy lejano, porque le da una atmósfera agradable a la narración. Cada vez que abría la boca en esa temporada era para decir un proverbio o algo por el estilo, algo que me justificaba, algo que me dejaba por una extraña razón más tranquilo. Seguramente era el hecho de tener cerca unos oídos y una memoria que pudiera recordar en días venideros los prodigios lingüísticos que de mi boca salían. Quizás frases sabias envueltas en una sábana de estupidez. Siempre he pensado que el sabio tiende a parecer idiota. De hecho una persona que parece sabia no puede ser realmente sabia, porque la afectación en el discurso quiere decir que la persona cree saber algo, cuando todos sabemos perfectamente que nadie sabe nada, y es por eso que el verdadero sabio es un idiota incoherente. Entonces yo decía mis frases, mis enseñanzas, dejaba un legado, porque sabía perfectamente que el fin estaba cerca, siempre está cerca, siempre estamos a contrarreloj, tratando de dejar algo bueno a la humanidad, quizás un par de frases ingeniosas, alguna buena metáfora, algo que dé escalofríos, algo más sombrío que la mirada de Baudelaire.

viernes, 23 de julio de 2010

Una mente que se desvanece

Sólo para terminar minándote
Te reconfortas con mi saliva
Y encuentras un pretexto para
Tomarme de la mano y salir
En una estación regular y deslucida
Cual una horda procelosa de gatos
Llenos de cagada y orín

Se lo conté a tu hermana
Y se mostró de acuerdo en que
Te torciera el pescuezo después
De lo que me hiciste con los pies
Ni siquiera lavados con esmero
Y me puse a tocar la guitarra
Y le puse una letra destripadora

Casi no me gusta hablar
Menos cantar
Porque siempre me arrepiento
No me gusta tampoco tomar partido
En nada
Tampoco entiendo por qué
He
De defender
Mi punto

Así que dejé que las cosas fueran así
Que tú siempre ganaras
O que tú siempre creyeras que ganabas
Yo esperaba la muerte
Como mi única esperanza
Ya no había razón para continuar con esa farsa

Me puse a ver mi vanidad y orgullo de antes
Admito que me dio pena
Pero ahora solo veo el movimiento
Todos buscando ganarse la vida
Como si fuera una cosa muy bonita
Y si es preciso derramar sangre
No se escatiman esfuerzos
Y yo incluido
Pero ahora sólo lo hago por miedo
Puedo matar a una persona sin remordimiento
Porque estoy justificado

Hay una manera de ser genial en los versos
Yo creo que será mejor relajar el cuerpo
Olvidarse de esas rimas y métricas
Y decir cualquier cosa
Que en esta vida todo es mierda
Que en esta vida no hay memoria que se salve
Para qué intentar ser sublimes
Está bien para los que nacieron con el don
Pero yo no tengo el don y también quiero
Ser poeta
Qué pedo

Tampoco creo en lo que digo
Y pienso que no hay diferencia
En cuestión de letras
Hay letras vendibles y no vendibles
Pero al final todos se mueren

Es tan ridículo ser un humano
Me da asco ser lo que soy
Y sin embargo me aferro como caracol
Está bien
Puedo decir que vivo por curiosidad
Me gusta revolcarme en la mierda
Puedo llevarlo hasta los extremos del hastío

No sabía lo que hacía cuando discutía
Tal vez sólo mataba un rato de mi día
Aunque no niego que me apasioné
Con la dialéctica en su momento
Y me sentí ganador y perdedor
Es decir estúpido
De cualquier manera estúpido
Ganador o perdedor

miércoles, 21 de julio de 2010

Me pregunto

El hecho de encontrar que todas nuestras grandes ideas ya fueron dichas y de mejor manera, nos obliga a decir más y más tonterías. Uno comienza a escribir de manera mecánica cuando el dinero comienza a hacer falta y el cuerpo se rehúsa a obedecer órdenes. Fue el error de creer que utilizar la mente era buena idea. Entonces leías muchos libros y forzabas al máximo el cerebro, y ahora ni escritor ni persona corriente, sino que un completo estorbo para la sociedad, un costal donde la gente desata su rabia, con golpes de bate de béisbol, en las costillas y en las papas. Es la peor frustración, esa de no poder manifestar todo el arte que se lleva dentro, todo el dolor y las palabras que no se dejan atrapar en una conversación cualquiera, frustración, sobre todo al ver que eres malo para aquello a lo que te dedicas, y sólo a eso te puedes dedicar. Entonces te sientas frente a la pantalla, agarras el teclado e imploras a los dioses que te dejen escribir algo sorprendente para tu público, media docena de amigos que seguramente prefieren evitarse la molestia de leer desvaríos laberínticos. Ayer, antes de dormir, se me vino a la mente la imagen de un gran laberinto, y ahí adentro había creo que un diamante, y había que coger el diamante y salir de ahí antes de que las compuertas se cerraran, luego no sé qué pasó, todo quedó en alegoría. Podía estar el diamante a unos centímetros de nosotros, pero con una pared de por medio, entonces había que rodear, por eso digo yo que es mejor esperar a que las señales aparezcan y luego salir del escondite secreto con un salto de fiera hambrienta, y preguntar, claro, preguntar: “¿qué está pasando aquí, me lo podría explicar?”. Son las personas desconocidas las que probablemente nos puedan ayudar. Sabemos de sobra que los conocidos no saben nada, igual que nosotros. Entonces hay que salir a preguntar a esas personas que ni de chiste les hablamos. Nos estamos perdiendo, al no preguntarles, de varias concepciones del universo, y también de otras cosas, como por ejemplo historias de aparecidos y energúmenos atroces. Después de todo es lo único que sé hacer, y decirlo con un tono, no importa qué, decirlo con un buen tono, un tono que encante, una música que reconforte el espíritu, hay que decirlo de manera que cause ternura, lástima si se puede también. Me pregunto para qué me quiere la naturaleza. Cuál es mi parte en la cosa, qué función desempeño. Porque después de todo soy una cosa minúscula que actúa bajo los estímulos de las circunstancias eternas, una mera pieza ahí en medio de todo, sin poder cambiar el destino, con estas palabras que no significan nada, porque ciertamente no significa nada el hecho de que los demás les den una interpretación. Cuando es la hora de ir a dormir me veo como algo que no representa nada, pero al mismo tiempo soy lo único que he tenido desde que recuerdo, he visto siempre a través de los mismos ojos, y en el espejo siempre la misma cara. Viajo con la imaginación a los más remotos parajes de lo existente, cosas que nunca tendré la oportunidad de ver como quien soy, y entonces me doy cuenta que mi dolor es en vano, pero la duda me dice que quizás hay una puerta invisible dentro de la realidad que lleva a un cuarto gris y donde nuestras voces tienen ecos relajantes y hay televisiones por todos lados, y en esas televisiones aparecen las imágenes de los ojos de las personas, o sea lo que ven las personas.

lunes, 19 de julio de 2010

El juego

Cuando estás por crear algo formidable todo se pone a pedir de boca. Hoy se me ocurrió que el softball era un deporte en el que nadie debería sentirse ganador; un vil juego. Después recordé esta frase de Borges: “yo creo que habría que inventar un juego en el que nadie ganara”. Ahí está, Borges, el juego que buscabas.
Me veo tentado a copiar lo que los grandes poetas hicieron
Por qué se resisten tanto las palabras en salir
Es como si me las hubieran prohibido
De hecho debería encontrar diversión en otras actividades
Pero estoy obstinado en que soy escritor
Quiero comerme el pastel azul
Y ya no sentir lo que es la noche
De tu corazón bombeando
Y así no volver a terminar en languidez
Y así seguirle todo el tiempo
Con el secreto en la mano
Y una fe inquebrantable en un futuro dichoso
O tal vez la certeza de una sorpresa
Sucede a menudo cuando pierde el sentido
Que uno se sienta a escribir
Intentando ser bueno escribiendo
Sin tener el don congénito
Y si eso se puede considerar tragedia
Podría decirse que el mejor es el peor
Dado que para escribir hay que pasarla mal
En todos los sentidos
He escuchado eso y lo contrario también
Y no veo razón para inclinarme
Puedo seguir así
Hablando del momento del espasmo
Hablando de una noche solitaria
Del final de trayecto poniendo una imagen agradable
Apuesto a que es más parecido al infierno
Un golpe en la cabeza con fogonazos
Esto no puede terminar bien
La vida no puede terminar bien
Menos si empezó mal
Sólo empeora
Y yo me contradigo como loco
Es decir demasiado
Muchos luchan por ser especiales
No sé quiénes son los que hacen eso
Yo y las palabras que no nos llevamos bien
Hay obras bastante bien cuajadas
Que tienen cuerpo
Cortas y contundentes
Pero tal vez dicen algo sin querer
Tal vez creemos que dicen algo
Pero no deja de haber un encanto
El encanto es lo importante siempre
Si uno puede tener encanto está bien
Uno puede continuar
Cuando se acaban las palabras y los gestos
Ahí cuidado
Lo bueno es que puedo recalentar pescado
De momento no tengo ninguna queja
Sólo que voy por un lóbrego camino hacia la muerte
No debería molestarme de hecho
Puesto que hay algo por descubrir
Cada segundo
Una pequeña parte del destino se devela
Y nosotros somos almas en pena
Pero tenemos romanticismo
No como aquellos que se vuelven famosos
Que logran algo
Así ya no tiene chiste
El chiste está en sufrir todo el tiempo
El chiste es nunca engañarse
Creyendo que hemos logrado algo
Aunque no sé
Quisiera sentirme aún más desdichado
Siendo famoso
Dicen que es terrible ser famoso
Quiero probarlo
Pero me parece aún más triste vagar
Por las calles entre la indolencia
Y también es horrible cuando alguien cree saber algo
Y te da un consejo
Cuando alguien cree que puede ayudarte con palabras
Como si ese alguien fuera inmune a la degradación
Hay que esperar
Es un hecho
Hay que ver las frutas
Los paisajes
Las películas
Por mientras
Hay que eyacular y sentir sed al instante
Hay que escuchar a los juglares estúpidos
Y a los que no dicen nada
Que son los mejores
No
No es cierto
Nadie es mejor que nadie
Cada quien es lo que le tocó
Y tenemos que ver las películas que estaban destinadas
Y leer los libros destinados
Y eyacular en las mucosas destinadas
Y escuchar esa mierda
También esa voz encantadora y tierna
Que acompaña la guitarra en los audífonos
Caminando por la calle
Con el cable blanco de fuera
Balanceándose entre los rayos de sol
Y los tenis sin agujetas rotos
Y los pantalones rotos y guangos y manchados
Y esa sensación de estar viviendo bien
Esa sensación de verse bien
Y de sentirse bien
Y de formar parte del movimiento de freaks
Eres el freak que siempre pasa a las cuatro veinticuatro
Por la calle
Tenme paciencia
Les digo
Nadie sabe lo que realmente significa la palabra
Cuando llega el impulso de meterte en el ridículo
Podría ser que estuvieras haciendo todo bien
Podría ser que fuera todo lo contrario de lo que pensamos
Es decir
El honor al final
El desastre
El despilfarro primero
Las malas decisiones
Las cosas descabelladas
El vestirse como idiota
Eso siempre debe ir primero
Por qué no
Por qué sí
Por qué una cosa y no la otra
Por qué dejar el principio como tal y no quitarlo
Porque ya habrá tiempo de hacerlo de otro modo
Habrá tiempo de escribir todo igual salvo una letra
Habrá tiempo de escribirlo como un espejo
O sea al revés
Y otra vez cinco segundos de satisfacción
Me los gané

Salgo a la calle con mi cara de comoquiera todos nos vamos a morir, y así sigo durante todo el día, y así es todos los días, y mi vida es por eso un completo desastre, pero no dejo de pensar en que comoquiera todos nos vamos a morir, es mi manera de vivir, pensar que todos tendremos que morir tarde o temprano, en cualquier momento.

sábado, 17 de julio de 2010

Imagen

Muchos hablan en metáfora y crípticamente del acto sexual, y son como frases que avientan en medio de una canción, frases que nada que ver con todo lo demás que las rodea, y se dicen muchas cosas del coito, aunque lo único que habría de decirse, y eso sí de manera clara, es que eyacular da sed. Eyacular y sentir la necesidad de agua es todo a un mismo tiempo. Y con eso uno puede despachar el tema del sexo, simplemente no se puede decir la cosa de mejor manera. Se analizó inclusive al sexo en términos éticos, pues se sabe perfectamente que el sexo es una tentación del diablo. Muchos no estarán de acuerdo en lo que digo, pero es porque sus cerebros no están desbrozados. Hay que quitarle las zarandajas al proceso de interpretación, aunque no quiero sonar en lo absoluto didáctico. Es decir que es preferible poner en la mente del lector una imagen, una imagen que hable más que mil palabras. Una vez que está la imagen en la mente del lector, él sabrá de qué se trata el asunto, sin que hagan falta más explicaciones, como en el caso de la sed, la sed es una imagen en el cerebro, una memoria, la sed que nos hace sentir miserables, insatisfechos, víctimas de la naturaleza, platos desechables. En un baile gracioso de convulsos movimientos cadenciosos y robóticos, pero no por eso despojados de poesía y fluidez solar, encontré la magia de la vida, el correr de sangre en las venas con alegría, vigor sereno de prorroga de cuatro meses.

jueves, 15 de julio de 2010

Los libros y otras cosas

Los libros son muy pacientes con la gente. Pueden pasarse años esperando en el mueble a ser tomados por alguien, pueden pasar generaciones sin que los lean, pero ahí están, esperando, y cuando por fin los toman, es como si los hubieran sacado al parque o al cine. La gente dice cosas todo el tiempo, la gente habla de la vida y cómo hay que hacer, y nunca nadie ha dicho la verdad, y si la ha dicho sería imposible comprobarlo. Es como hablar por hablar, es como estar perdidos en la oscuridad, es como no saber nada de nada, y sin embargo estar ahí; esa también puede ser una nueva definición de la vida, una más que se dirige al tacho de basura. Y para mí empieza a cerrase el espacio para tomar vuelo. Después las aves caen, entonces no debería preocuparme. Pero ahora observo a las aves y me da un poco de envidia. Pero no importa, es sólo una vida, puedo desperdiciarla, es como un cerillo que se apagó antes de tiempo o que se le cayó lo de arriba al hacer fricción con lo que trae la caja en el costado, haz de cuenta. Se intenta, creo, recordar más a menudo las ideas que nos hacen seguir vivos. He notado que es más sencillo cuando uno se sale con la suya, pero no puede durar para siempre. Hay un sistema ahí afuera que intenta ofrecer oportunidades de sobrevivir para todos. También están las calles con su tráfico, sus olores, las montañas llenas de árboles, contemplarlas, y darse cuenta que nada más quitar la vista de la imagen y despedida, no hay retorno. No hay razón para continuar en el sinsentido de la caja de gusanos que provisionalmente guarda recuerdos, yo hice esto, yo hice aquello, quiero escuchar tu historia por todo el universo, para la eternidad, quiero borrar la mía y robarte la tuya y ponérmela en la caja de gusanos que almacena provisionalmente recuerdos. Después pasaré a otras cajas, y quizás podamos entrar en las máquinas de cortinas negras que tienen cables adentro que se conectan en las venas de seres extraterrestres que somos nosotros. Y dejar de pensar en que la vida es una imposición desagradable, y dejar de creer que hemos perdido el blanco, cuando por fin descubrimos las leyes de la naturaleza, pero tampoco se nos escapaba la idea de que todo estaba determinado desde siempre, aunque la sensación seguía siendo asquerosa, respecto del cuerpo ese que tenemos enfrente del espejo, y ha sido el mismo aunque ha cambiado, la cosa única de que tenemos recuerdos, los cinco sentidos y el que está ahí nomás viendo, la memoria, lo de antes no se sabe, siempre has sido el que eres, y es lo que tienes, es lo que se te dio, quién lo dio, ni para qué ponerse a pensar, seguramente fue alguien que no tenía compasión, pero tampoco alguien malintencionado, sino que alguien sin sentimientos, ni conciencia, ni nada. Y puede que esto sea algo así como masoquismo, oye, afuera hay mucho que hacer, sí, no me digas, ya lo sé, son cosas de mortales, yo soy mortal, no digo que no, hago esto, escribir, es una cosa de mortales, lo sé, es mi estilo de vivir y luego morir, para qué ocultarlo, de hecho nos vamos a morir, puedes divertirte con tus saltos de paracaídas y con tus comidas exóticas y tu trabajo, yo estoy aquí destruyéndome, es decir, escribiendo mierda, dándole vueltas al asunto, a la mierda, pues.

miércoles, 14 de julio de 2010

Me corté el pelo

El dinero es importante para la vida; lo que no es importante es la vida. Siempre creemos que la inspiración está en el júbilo de un triunfo, pero realmente está en la depresión de una derrota. La vida va pasando y yo mismo me voy dando cuenta de en qué me estoy convirtiendo gracias a mi manera de pensar, me observo, me siento, me sufro, sé que no puede ir más allá de la muerte, tengo miedo a la muerte, me resisto a la vida, he perdido esa denominada voluntad de vivir, pero tampoco quiero morir, ponme un manjar enfrente y me lo zampo, soy una contradicción, no entiendo cómo alguien no puede estar confundido, todos estamos aquí sin saber por qué, recordamos haber sido siempre el mismo, pero estamos condenados a dejar de serlo… y de qué forma. Claro, la gente prefiere dejar de pensar en muchas cosas, y seguir y seguir hasta el último día, cosa que a mí sólo me parece un intento fallido de dilación, ya que el tiempo es una trampa, y vivir un día o noventa años es lo mismo cuando todo ha dejado de ser, y no deja de ser esto una hipótesis o algo así. Tal vez ni siquiera sirva de nada tratar de ser sublimes en el discurso. Lo que hay que hacer siempre es mostrar humildad; la gente tiene debilidad por las palabras humildes. Yo creo que también son una farsa, las palabras humildes. Historias, he conocido varias, casi no disfruto escribirlas. Preferiría escribir lo que dije antes de dormir, o lo que dije dormido, pero es imposible recordarlo. Mi memoria digamos que se reventó, le di un uso demasiado rudo, le exigí demasiado para lo que ella podía darme y se rompió, ahora sólo quedan rastros de palabras que alguna vez almacenó de manera ordenada y ahora andan desparramadas por otros departamentos. Cosas que vi ayer, hombre corpulento revisando las luces de atrás del camión a orden de operador, tostadas de elote de lata con atún de lata y salsa roja, pero de esa roja casi tan roja como la sangre, sangre de dragón escuché en la tele, era seguramente una poción para que saliera el pelo en la cabeza, una raya como de cardiograma en la pantalla de la computadora de un amigo, la cual estaba ahí deslizándose a través de una delgada línea que la cruzaba y venía acompañada por sonidos de guitarras estimuladas por nuestros dedos momentos atrás, nos habíamos grabado, pensamos que era un excelente trabajo, pensamos que habíamos roto los parámetros de la música, que de aquí en delante todo cambiaría, que marcaríamos la pauta, pero no, sólo era una mierda bien hecha. Una mierda que jamás nos haría salir de la situación de no dinero en que nos hallamos. Entonces, no sé los demás, pero yo me sentí la persona más desdichada del mundo, quería adelantar el reloj unos cien años, ahorrarme la pena de vivir, comoquiera todo va al olvido, pero por lo pronto hay que seguir, hay que vivir segundo a segundo, hay que esperar que todo colapse, no entiendo la razón, y creo que la verdad es que todos moriremos sin haber entendido nada y sin estar preparados, y que luego se borre la memoria de todo esto viene a cerrar el círculo del absurdo. Hay gente que cree que vivir la vida de un modo es mejor que hacerlo de otro. Yo todavía no puedo opinar al respecto, sólo que deberíamos de continuar la discusión cuando aparezca el hervidero de gusanos en cada uno de nuestros estúpidos y vanidosos cerebros efímeros y duraderos, al mismo tiempo. Es la energía la que dicta cuánto tiempo seguirás soportando la vida, ese cuerpo del que no puedes salir, algunos están contentos con su cuerpo, con su mente, por en realidad uno no controla ni los pensamientos, el control siempre es de las circunstancias, y uno tiene que someterse a estar metido ahí, detrás de esos ojos y esa lengua y todo lo demás, sintiendo, es una maravilla, un milagro si se quiere, el cuerpo humano, pero comienzo a aburrirme de él, quisiera poder meterme en el cuerpo que yo quisiera cuando quisiera, tal vez eso es lo que hago, pero me puse candado, y ahora me aguanto, decidí sufrir todo el proceso de descomposición, quizá.

domingo, 11 de julio de 2010

Nuevo fárrago

Hay un momento en la vida de alguien, alguien que seguramente eres tú, aunque no lo seas en este momento, momento en el que ciertos excesos en la ingesta provocan un absceso en el cerebro y cuando suena determinada melodía las lágrimas brotan y ya no importa nada más, todo se borra, se borra el arrepentimiento y el oscuro pasado. Es la vida en su máxima expresión, el escalofrío y las lágrimas, el arrobamiento dibujado en las líneas del rostro, la baba a punto de salir. La actividad cerebral ya es prácticamente nula, pero el alma se ha dilatado y todo es contemplación y emociones y ganas de encontrar la luz que te lleve a un lugar lleno de prodigios musicales y poéticos. Y surge la pregunta de dónde llegará el último suspiro, para poder ir a lo que viene, paz tal vez, olvido, bálsamo inconsciente. Los himnos son quizás lo más emotivo de la vida, y siempre implican algo de rivalidad. A veces uno se sale del tema y qué importa, como si la vida tuviera algún valor, no podemos saberlo, hasta ahora ha habido mucha lógica en nuestras palabras, y no es crítica destructiva, pues conozco muy bien los límites de la humanidad, jamás he visto persona alguna que pueda hacer dos cosas al mismo tiempo, ni persona alguna que pueda regresar el tiempo y reemplazar una tontería por otra. El cielo debe ser un lugar en donde las cosas tengan sentido y donde haya una forma de conseguir la satisfacción, y sobre todo, un lugar donde las metáforas que brotan en medio de conversaciones alucinantes no se olviden.
Yo, yo colecciono coleópteros, pero así estoy bien. Pero hoy se inundó la alberca, así que no podremos solazarnos ahí. Ni modo, así es la vida. Ni en la vida ni en el fútbol hay justicia. Y hay cosas que tienen que quedar claras por mientras, digo, mientras vivimos. Ya habrá otras obligatoriedades en otras vidas. Con los avances tecnológicos hemos alcanzado un estado de dependencia psicópata hacia las cosas que todos saben. El despiste es el causante de la preocupación. Yo nunca he dicho algo fascinante, ni he urdido una historia arrebatadora, y sí que he desperdiciado mi vida tratando de escribir algo bello, algo que encante. Y todo es repetición de algo, por desgracia.
Una conversación mala es aquella que termina siendo una competencia tácita. Pocas se salvan. Por lo demás, no hay para qué tomárselo a pecho. Los volúmenes de las personas que entienden lo que expresan y fallan al expresarse por andar a la carrera. Los volúmenes exactos de las personas en un lugar, materia que rompe el aire, ahí están con sus anécdotas, luchando por a ver quién hizo siempre lo que quiso. Hacer lo que uno quiere es lo ideal. Por mi parte puedo afirmar que no soy de naturaleza rebelde, es más, me declaro sumiso. Nunca supe por qué prefería ser la víctima. Después quise cambiar. Demasiado tarde, como siempre. No me sirve de nada saber que sólo es el destino. Tendré que continuar así, herido en la batalla. Me gusta cuando sufro, me gusta cuando estoy donde no quiero, me gusta cuando sé que muero. Eso es lo que se hace: tratar de hacer algo interesante, almacenarlo en la memoria el tiempo que se pueda.


La lluvia se vino fuerte y yo claudiqué en mi intento de ir a verme con ella. Pensé que sería mejor abandonar la misión y desandar el poco camino recorrido hasta el momento, sobre todo cuando arreció el agua del cielo. Yo iba convencido y entusiasmado de verla, cuando de pronto caí en la cuenta de que, igual que ayer, volvería a mojarme los calcetines, y eso no es agradable, desde el punto de vista que se le quiera ver. Aparte ella me había ilusionado diciéndome que sacaría el carro. Me llamó unos minutos antes de la hora fijada y me dijo que siempre no, siempre no le prestarían el carro. Miré el cielo y lo vi totalmente encapotado. No me importó. Tomé un paraguas y salí, salí en medio de una llovizna que pronto se convirtió en chubasco, y cuando llegué a un techo donde me refugié y donde tenía planeado esperar a que el agua amainara, comencé a sentir pereza por la vida. Todavía me encontraba cerca de casa, así que decidí evitarme la incomodidad de andar pisando charcos. A mitad de camino le llamé a ella. Le dije que no iría y me dijo está bien. Luego le pregunté que si ella iría, me dijo que estaba en camino. Le dije que te vaya bien y colgamos. Su manera de colgar fue triste, como si hubiera sentido cierto placer en hacerse un poco más de daño fingiendo que no le importaba que yo no fuera. Como si hubiera sentido cierto placer en sentirse estúpida en medio de la lluvia, sola, sin cómplices. Como si tuviera prisa por entregarse a la desdicha. Cuando estaba por llegar a casa pensé que sería bueno escribir. Escribir ¿qué? Si todo ya se dijo. Es como si sintiéramos la obligación de hacer algo inútil, sólo para seguir haciendo cosas igual de inútiles, y después morir sin haber hecho nada relevante, por más esfuerzo que se haya hecho. Y ahora está cayendo la lluvia de una manera apocalíptica, y supongo que ella está toda mojada y sintiéndose algo melancólica por la situación, cuanto más porque ayer tuvimos una discusión que quedó inconclusa y que se suponía reanudaríamos hoy para ponerle punto final. Creo que la he perdido para siempre, y no debería importarme.

El tiempo perdido persigue a los perdedores, perdedores de tiempo, que no supieron vivir a tono con lo que pedía la naturaleza. Pasado que atormenta, debido a que somos eso que fuimos, y fuimos puras vergüenzas, puras cosas ñoñas hicimos, no pudimos hacer lo que queríamos, y todo por no darnos cuenta a tiempo. Eso ya es un problema de falta de inteligencia, porque hay que saber qué es lo que hay que hacer, y una persona inteligente rápidamente nota que hay que hacer ciertas cosas en cierto tiempo, porque si no los fantasmas del tiempo perdido vienen por nosotros y nos atormentan hasta el final. Los buenos recuerdos, vivir las cosas a tiempo, fumar a la edad que debía hacerse, escuchar buena música desde temprana edad, tener relaciones sexuales lo más temprano posible, son consejos que hay que darle a los hijos. Porque en ocasiones pasa y pasa el tiempo y creemos que no pasa nada y pensamos que podemos prescindir de todas esas cosas necesarias, y cuando menos lo pensamos ya estamos en desventaja con un mundo de competencia principalmente sexual. Por ejemplo, no me dejarán mentir si les digo que una relación amorosa siempre es una encarnizada competencia, y que tener un buen respaldo en cuanto a historial sexual se refiere es garantía de que saldremos bien librados de la batalla. Para eso hay que tener experiencia, la experiencia es importante para poder competir. Si uno se la pasó encerrado en el cuarto leyendo libros o escuchando una y otra vez la misma ñoña canción de moda como yo, entonces será difícil enfrentar la vida en sí. Y aunque pudiera parecer que darse cuenta de esto es suficiente para sentirse mejor y obtener un aspecto más amenazador ante los contrincantes, hay que decirlo, que no es cierto. A la naturaleza le importa una mierda que te des cuenta de ella, porque si no la obedeces estás frito, aunque seas muy bueno para analizarla. Es una cosa sencilla. Yo, por ejemplo, ya estoy bien perdido.



Todo me molesta
Una voz que proviene de la cocina dice: tú eres culpable
Es mi madre
Claro, todo comienza debido a que soy un mantenido
Pero… realmente nunca me gustó la vida
Tal vez hubo buenos ratos
Pero si vamos a generalizar, no, para nada, nunca me gustó la vida
Y ahora qué
Bueno, no queda más que seguir
No se sabe exactamente para qué
Mamá está loca
Dice que ella no me privó de nada
Yo recuerdo perfectamente que eran sobre todo las calificaciones
La madeja de pelos en tu cabeza marco de tu rostro
Sólo uno más para calificar
El colmo de ser un perdedor es no saber explicar por qué se es un perdedor
No hay ningún tema
Es ciertamente una representación bufa
La de mi familia y los demás
Y todos creen que tienen la mejor familia
Te das cuenta, lo que hacía la gente con sus vidas, desobedecían a sus padres, eso era lo que había que hacer, siempre hazlo, sigue haciéndolo, es lo único. Fumar por ahí y tomar a los once años, eso era lo que había que hacer, tal vez, o tal vez tengo mala memoria. Tal vez en el fondo me gusta que me digan que estoy mal, que he tomado malas decisiones, que desperdicio lo bueno de la vida, que mis razonamientos están fuera de quicio. Sólo sé que me siento triste, y creo que es por mi pasado. No hice las cosas a tiempo. Y cuando tratas de culpar a alguien siempre resulta que tú fuiste siempre el culpable, desde que naciste fuiste el culpable. Eso pasa cuando no sabes discutir. Sé perfectamente que sólo soy uno más entre todos. El día la noche música encuentro las cosas que embarnecen con el tiempo, a quién le importa esto, no sé, sólo sé que sale de mí y se pone ahí en la pantalla y viene a ser un sueño igual que los sueños de cuando estamos dormidos si podemos utilizar ese método de asumir que las demás personas sienten lo que uno o que si quiera existen. Los músculos aumentan de volumen después de la primera incursión sexual. La inspiración estriba principalmente en la desesperación, las ganas de seguir aquí dando lata, el dinero, encontrar dinero, algunos no queremos o no podemos obtener dinero de la manera convencional, ahora todos quieren ser artistas con sus palabras y sonidos profundos. Todos estamos metidos en el mismo problema, muchos no saldremos vivos de esta encrucijada, muchos nos quedaremos con las ganas de triunfar y algunos triunfarán y después entenderán que sólo fracasaron. Tal vez se llega al cielo escribiendo acerca de amigos imaginarios españoles que uno se encuentra en la selva del sur de México con un sable cruzando la cintura y una cantimplora, uno rápidamente se hace amigo de esas personas y se van juntos a la aventura por el mundo, tal vez en barco, algunas mujeres, también extranjeras, tormentas en ultramar, y también con música no de esa que tira mala vibra al mundo y busca la perdición de todos con rencor y odio y ganas de que todos sufran, sino que buscando todo lo contrario, es decir que todos encuentren la felicidad y ya no la suelten. Yo cómo sabré si es posible o no. Apenas puedo saber que soy el producto de las circunstancias y que los demás también lo son. El problema es cuando uno desea poseer algo y cree que puede lograrlo, pero nunca lo logra, entonces viene el ansia y la desesperación y los nervios lo consumen feamente a uno. A mí me pasó eso con la mujer que deseaba en la adolescencia, nunca la tuve, y luego otra y luego otra, hasta quedar como piltrafa, ni modo, así es el destino. Porque ciertamente no se puede regresar y las cosas fueron como en ese momento tenían que ser, sus motivos hubo naturalmente.
La quilla sirve para darle estabilidad al barco en las marejadas. He visto que los hombres pierden la cordura más pronto que las mujeres, y también he visto que las mujeres rara vez dicen algo interesante. Creo que cada buena idea tiene un precio, todo tiene un precio, tal como se verá en la siguiente historia. Esta es la historia de un muchacho que terminó muerto a la puerta de la casa de su amada, después de que ella lo hubo corrido de la casa, debido a que era un holgazán que llevaba mujeres a la casa con el dinero que ella le daba. Entonces ella abre la puerta por la mañana y encuentra el cadáver y esto sólo es una historia más en el universo, igual que nosotros, historias que se entrelazan por ahí, que pasan de boca en boca, pero en realidad acá no pasa nada, uno puede creer que pasa algo, uno puede creer que gana o que pierde, uno puede creer que ha vivido de manera correcta o incorrecta, pero en realidad todo eso sólo son cosas de humanos perdidos en la nada. Los buhoneros suelen ser judíos que acumulan riquezas más por lo que ahorran que por lo que ganan. El argumento de una larga historia podría ser el de que dos personas del sexo opuesto se enamoran, pero el hombre es un perdedor en todos los sentidos, pues ha tenido la vida menos plena de la historia, no ha viajado a ninguna parte, no ha tenido nunca relaciones sexuales, lo respaldan incontables humillaciones y ultrajes, mientras que la mujer ha logrado siempre salirse con la suya. Entonces tendríamos que ver quién sale mejor librado del encontronazo, porque después de todo, las relaciones amorosas siempre han sido eso, choques de fuerzas, de energías, de pasados que cobran vida en el presente y se enzarzan en lucha sin igual. Muchos factores definen el rumbo de la contienda, todos determinados desde siempre, desde el pasado el presente y el futuro, dentro del bloque llamado universo, y nosotros aquí buscando, creyendo que hay cosas importantes, buscando victorias pírricas, pensando que ganamos algo consiguiendo ciertas cosas que se esfuman.

Cómo se puede hablar de verdad cuando la gente realmente habla sólo por hablar.

jueves, 1 de julio de 2010

A lo hecho pecho

Me despertó la imagen de un himen desgarrado. Seguro fueron las migas con huevo que me almorcé antes de intentar volver a dormir. No se pudo. Después ensayo algunas líneas en la pantalla, para ver si puedo emocionar al lector. A veces utilizo palabras de las que no conozco el significado real, o creo que significan una cosa y no es así, pero al final algo significan, así que no me importa. Bueno, sí me importa, me hace sentir estúpido darme cuenta que quise decir una cosa y dije otra, pero realmente no debería importarme, ni eso ni nada, pero qué se le hace. Hoy seguramente volveré a estar aquí sin hacer nada, esperando que se me ocurra algo que escribir, mientras mamá hace el aseo y la comida y otras cosas y mis hermanos y padre están en la calle consiguiendo dinero para continuar en esto. Claro que nadie ve con buenos ojos mi estilo de vida. Imagínense, aquí, en mi cuarto, todo el día frente a la computadora, escuchando músicas que me reconfortan un poco, y tratando de encontrar las palabras indicadas para que los demás digan: ¡ah, te pasaste! Pero las palabras ya no impresionan a nadie. Siempre son las mismas. Me gustaría utilizar palabras más rebuscadas, pero tampoco funcionaría, porque nadie se molestaría en buscar las palabras en el diccionario, a como está la juventud de ahora. Aparte suele decirse que la cosa buena está en la sencillez, y cuando en un texto aparecen muchas palabras desconocidas empezamos a dudar de la honradez del escritor. Son demoníacos los escritores que utilizan demasiadas palabras difíciles. La otra vez me encontré con la palabra baldón, y dije: ¿qué chingados es eso? Agarré el diccionario y encontré que era algo parecido a insultar, entonces reflexioné: la palabra baldón debería ser abolida, por la sencillez, digo yo, pero no todos concuerdan con que la sencillez sea lo mejor. De hecho la sencillez me parece otro truco más para impresionar. La sencillez es una vanidad más. Aunque jamás podría estar seguro de lo que digo. Nunca he creído en lo que digo. Nunca he escrito algo que me satisfaga y me eleve al cielo. Últimamente he intentado ascender al cielo, no teniendo nada que hacer, creí que no sería mala idea intentar lo que parece imposible, ante la crudeza y crueldad de la vida, pensé que no se perdía nada tratando de salirme del molde ese que incita a las personas a conseguir dinero. Tal vez sea miedo a competir por la marmaja. Creo que tuve un retraso importante en mi experiencia sexual. Debí haber roto algún himen a los 16, ahora ya es muy tarde para hacer eso, ando frisando los 23. No creo que esto tenga que importarle a nadie. Tampoco las entrañas ardiendo en la mañana de un inútil como yo. La gente no sabe el daño que me hace preguntando qué hago para ganarme la vida. En realidad no me gusta demasiado la vida como para trabajar. Sólo sigo aquí por lástima a mi madre, porque sería muy fácil conseguir un montón de pastillas para dormir y morir así. Ayer pensé que me faltaba algo, un objeto mágico, un talismán, algo que me condujera por la senda de la salvación, que me protegiera. Esos objetos tienen que ser especiales, no es así como que vas a Liverpool y te compras un talismán. Tienes que hallarlos en ciertas condiciones misteriosas o mágicas, puedes comprarlos, pero sólo a un buhonero ambulante con turbante. Digo, es como en los libros, Aladino y así, aunque ahora ya salió la película y quién sabe. Aladino es una historia que sale en el libro de las mil y una noches, por si no lo sabían, y ese libro contiene una serie de relatos fantásticos y ancestrales de la cultura oriental. Yo me enteré apenas ayer y quería compartir ese conocimiento con ustedes, aunque al final todos nos vayamos a morir y no sirva de nada. Puede que usted viva 40 años más y que en ese lapso se le ofrezca hacer mención de las mil y una noches para impresionar a una dama virgen. Ahora que también puede que usted muera mañana y no se le ofrezca para nada el dato. Lo que sí es que aunque la vida pase lenta y sea dolorosa y penosa, al final se borra todo, y nunca me cansaré de decir eso, porque quizás sea mi único consuelo. Ahora estoy en la encrucijada de tapar las bocas de los que piensan que soy demasiado repetitivo. Es como si les digo que abro la ventana, veo la lluvia torrencial, me excito y me masturbo. Yo soy una persona que no entiende lo que es ni lo que siente. Creo tener alguna sospecha de las cosas que me volvieron tan complejo psicológicamente, pero nunca podré estar seguro. Hay varias cosas, pero yo no tengo por qué ventilarlas aquí, esto no es un confesionario, aparte todos tenemos secretos. He dicho tanta cosa en mis escritos que es difícil decir algo en esencia diferente. Por lo menos para mí, que soy muy estrecho de mente y suelo anquilosarme en cualquier zarandaja. Todo embona con las teorías de un hombre que ahora ya no tiene ojos que voltean a ver. Yo te encontré dilatada de la entrepierna, y eso es algo que no se puede reparar. Todavía tienes semen de otro escroto. Yo no puedo entrar ahí, yo no soy tan animal. Te dedico este baile y esta risa, aunque no estés aquí para verme, te los mando con la mente, para que veas que me la traes floja, y a lo hecho pecho. Yo creo que una risa de otro tema, hablando de parejas, siempre es el arma más deletérea, en presencia o en ausencia, pero más en ausencia.